Estrategias para desenredar la verdad en una entretenida charla

 

En un contexto donde los titulares engañosos proliferan y donde las imágenes o textos generados por inteligencia artificial se vuelven indistinguibles de los reales, la alfabetización crítica emerge como una competencia imprescindible para la vida contemporánea. Así lo plantea Catherine Gibbons, especialista en lectura con más de dos décadas de experiencia docente, en su artículo publicado en Edutopia. Allí, Gibbons sostiene que la tarea de los educadores ya no es solo enseñar a decodificar palabras, sino también a decodificar el mundo.

 

Para dar una muestra de sus propuestas de alfabetización crítica, la autora abre su artículo con este desafío:

 

“Los siguientes titulares han circulado en línea, pero ¿cuál es realmente cierto?

  • Sirenas avistadas en la costa de Florida
  • Una imagen generada por IA gana un importante premio de fotografía
  • Un estudiante de secundaria escribe un ensayo completo con ChatGPT y obtiene una excelente calificación.

(Pista: Sólo uno de ellos lo es.)”

 

La autora volverá a este desafío al final de su artículo.

 

 

De la lectura tradicional al discernimiento digital

 

Gibbons dice que, si hace una década el reto consistía en que los estudiantes descifraran las palabras impresas en una página, hoy el desafío radica en distinguir la verdad en medio del ruido informacional. Aunque las herramientas de IA pueden resumir o parafrasear textos, la autora advierte que no pueden evaluar evidencias, reconocer sesgos ni interpretar con criterio humano. Por ello, insiste en que la alfabetización crítica no se basa en desconfiar de todo, sino en saber verificar.

 

El artículo también se refiere a tres preguntas esenciales que deben guiar el análisis estudiantil:

 

  • ¿Quién creó este mensaje y con qué propósito?
  • ¿Qué información falta?
  • ¿Cómo sé que esto es real?

 

Este tipo de reflexión, afirma la autora, permite que los estudiantes recuperen su autonomía intelectual frente a tecnologías cada vez más sofisticadas.

 

 

Cinco estrategias para entrenar la mente crítica

 

Para enfrentar estos desafíos, Gibbons propone cinco estrategias concretas que pueden aplicarse en el aula en cualquier área curricular.

 

1. Lectura lateral: pensar como verificadores de datos

La autora sostiene que los verificadores profesionales no se quedan en un solo texto, sino que comparan múltiples fuentes. Por ello, recomienda ejercitar la llamada “lectura lateral” para que los estudiantes aprendan que la credibilidad proviene de la corroboración, no de la apariencia del contenido. Un simple cambio de hábito —abrir otra pestaña y hacer preguntas— puede transformar la forma en que un joven evalúa la información que consume.

 

2. Análisis de deep fakes: leer imágenes como textos

Gibbons dice que, ante la proliferación de imágenes y videos generados por IA, la alfabetización visual se vuelve tan necesaria como la textual. El artículo también se refiere a pistas que los estudiantes pueden buscar para detectar falsificaciones digitales, como sombras inconsistentes o movimientos faciales poco naturales. Más allá de la tecnología, se trata de aprender a mirar con intención.

 

3. El desafío “¿real o falso?”

La autora propone llevar al aula un reto lúdico basado en ejemplos reales de desinformación o contenido generado por IA. Según Gibbons, cuando los estudiantes justifican por qué consideran una fuente confiable o no, desarrollan patrones reconocibles: cómo se citan fuentes legítimas, cómo opera la manipulación emocional y cómo la escritura generada por IA puede carecer de contexto.

 

4. Conjuntos de textos multimodales

El artículo subraya que la información llega a los jóvenes en múltiples formatos: videos, podcasts, infografías o publicaciones breves. Gibbons sostiene que analizar estos materiales en conjunto enseña a comparar perspectivas, identificar omisiones y reconocer el propósito de cada medio. La autora enfatiza que cada formato tiene fortalezas y limitaciones que deben ser comprendidas para formar lectores críticos.

 

5. Integrar la IA como herramienta de alfabetización crítica

Lejos de demonizar la inteligencia artificial, Gibbons dice que esta puede convertirse en aliada educativa. Por ejemplo, generar un texto con IA y analizarlo después permite identificar vaguedades, sesgos o datos faltantes. Con ello, los estudiantes entienden que la herramienta es útil, pero imperfecta, y que la verdadera comprensión se construye después de la intervención humana.

 

 

La alfabetización crítica como hábito de vida

Más allá de las actividades puntuales, Gibbons sostiene que la alfabetización crítica implica un modo de habitar el mundo: detenerse, cuestionar, investigar, reflexionar. El artículo también se refiere a la importancia de enseñar a los estudiantes a identificar quién se beneficia de un mensaje, cómo puede influir en sus decisiones y qué valores están en juego al interactuar con información manipulada o incompleta.

En este sentido, la autora denuncia la necesidad de formar ciudadanos capaces de tomar decisiones éticas en lo cotidiano, desde la lectura de un titular hasta la interpretación de una imagen viral.

 

La autenticidad en disputa

Como cierre, Gibbons retoma los titulares con los que abre su artículo. Solo uno era verdadero: el caso de una imagen generada por IA que ganó un premio de fotografía en 2023, galardón que el artista rechazó para iniciar una discusión sobre autenticidad. La autora sostiene que esta anécdota ilustra el punto central: cuando los estudiantes pueden descubrir la verdad en una era de información interminable, eso es verdadera alfabetización.

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