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Una animada plática sobre el tema del blog. Escuchemos el contenido de una manera muy entretenida:

 

 

La memoria y el aprendizaje desde una perspectiva integral

 

Entendemos el aprendizaje como un cambio duradero en los mecanismos de la conducta que resulta de la experiencia. Por su parte, la memoria es la capacidad de adquirir, almacenar y recuperar información. Estarán de acuerdo conmigo que comprender cómo funcionan estos procesos es la clave de nuestro desarrollo personal y social y, sin temor a exagerar, lo es para nuestra supervivencia. Veamos algunos detalles de estos procesos:

 

Procesos de la memoria: La memoria consta de tres procesos secuenciales:

  • Codificación: transformar la información proveniente de los sentidos en representaciones mentales. Cuanto más profunda y elaborada sea la codificación (por ejemplo, dando significado y conectando con conocimientos previos), mayor será la probabilidad de retención a largo plazo.
  • Almacenamiento: guardar la información codificada, organizándola en esquemas para facilitar su recuperación. Factores como la repetición, el sueño y el ejercicio físico favorecen la consolidación de recuerdos.
  • Recuperación: acceder y activar las huellas de la memoria para hacerlas conscientes. Puede ser voluntaria o involuntaria, y el uso de claves contextuales facilita la búsqueda de información.
  • El olvido: es un proceso fundamental que permite al cerebro eliminar información irrelevante para mejorar la eficiencia.

 

Memoria de Trabajo (MT):

  • Es la capacidad de almacenar temporalmente información y manipularla para nuestros objetivos.
  • Es la base del pensamiento complejo y las funciones ejecutivas (razonamiento, planificación, resolución de problemas), siendo un predictor fiable del éxito académico y profesional.
  • La MT, a diferencia de la memoria a corto plazo (MCP), involucra un procesamiento complejo de información para relacionarse con el mundo y resolver problemas. Se activa la corteza prefrontal dorsolateral (CPFDL) para la manipulación de información.
  • La atención es un componente central de la MT, que maneja todo el sistema y permite seleccionar la información relevante.

 

Ahora bien, la neurociencia actual está experimentando una revolución que nos invita a dejar atrás una visión "cerebrocentrista" para adoptar un enfoque más integral y codependiente del cuerpo. La doctora Nazareth Castellanos, asegura  que "el organismo esculpe el cerebro", destacando cómo nuestro cuerpo impacta directamente nuestras neuronas. Esta nueva perspectiva es fundamental para comprender y optimizar el aprendizaje y el bienestar de nuestros estudiantes.

 

 

Más allá de los 5 sentidos: la percepción interna

 

Tradicionalmente, nos hemos enfocado en los cinco sentidos que perciben el mundo exterior (exterocepción). Sin embargo, las investigaciones recientes han revelado que el cerebro prioriza la información que proviene del interior de nuestro cuerpo a través de dos sentidos: la interocepción (lo que sucede dentro de nosotros, como el estado del estómago) y la propiocepción (la percepción de la posición y el movimiento del cuerpo). Nuestro cuerpo percibe información que la mente aún no procesa conscientemente. En términos sencillos, la adecuada alimentación, la postura del cuerpo y el ejercicio son de suma relevancia a la hora de modelar el cerebro. 

 

Diversos sistemas corporales tienen un impacto directo en las funciones cerebrales, la salud mental, el aprendizaje y la memoria:

 

El intestino y la microbiota

  • El intestino, a través de su microbiota (el conjunto de bacterias que lo habitan), influye directamente en la dinámica neuronal.
  • El nervio vago es la principal vía de comunicación entre el intestino y el cerebro, recogiendo información y permitiendo al cerebro interpretarla para dar una respuesta.
  • La microbiota afecta principalmente nuestro estado de ánimo, el aprendizaje y el comportamiento. Cuidar la dieta es, por tanto, crucial para las relaciones sociales y el desarrollo cerebral, como lo vimos en nuestro Webinar 156 con el doctor Agustín López Minguía.

La respiración

  • Muchos de nosotros, y nuestros estudiantes, somos "respiradores bucales", un hábito que a menudo se origina en la infancia debido a congestiones nasales.
  • Una mala respiración priva al cerebro de uno de sus grandes "marcapasos". El cerebro necesita la sincronización neuronal para que se establezca una comunicación efectiva entre sus 85 mil millones de neuronas.
  • Al perder esta capacidad de coordinación, se pierden recursos neuronales, afectando sobre todo la memoria y la atención.
  • Aprender a respirar bien es una forma de fortalecer la salud mental y aprovechar nuestros recursos corporales.

La postura

 

  • La postura de nuestro cuerpo es fundamental para que el cerebro sepa cómo estamos.
  • Estar encorvado (algo común con el uso de dispositivos y redes sociales) hace que percibamos más lo negativo que lo positivo. Esto contribuye a criar generaciones aisladas.
  • Una mala postura afecta la coordinación entre las diferentes áreas del cerebro en los niños.

 

El corazón

  • El corazón es el sistema que más impacta al cerebro, prestando gran atención a sus señales.
  • Influye en la emoción, la subjetividad, la interpretación de la realidad y la memoria autobiográfica.
  • La sincronización entre corazones, como entre una madre y su bebé o entre personas conversando, es un fenómeno importante. Bajar el ritmo respiratorio puede mejorar esta sincronización y nuestra comprensión de los demás.

 

 

La plasticidad cerebral y el poder del hábito

 

Santiago Ramón y Cajal, uno de los padres de la neurociencia, afirmaba que "todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro". Nuestro cerebro es un órgano plástico que puede ser "optimizado".

  • El cerebro no olvida, sustituye: Nuestro cerebro tiende a repetir hábitos porque siempre elige la opción más utilizada. No sabe "olvidar", sino "sustituir". Para cambiar un hábito perjudicial, es necesario sustituirlo por uno nuevo a través de la intención y el propósito.
  • Cultivar el bienestar: El optimismo y la generosidad, por ejemplo, pueden cultivarse intencionalmente, generando cambios cerebrales que se correlacionan con una mejora en el bienestar y una menor sensación de ansiedad. La amabilidad hacia uno mismo, en particular, mejora la calidad del sueño y activa zonas cerebrales relacionadas con el optimismo y la felicidad.

 

Implicaciones pedagógicas y prácticas para nosotros, docentes de Educación Básica

  1. Fomentar la conexión cuerpo-mente
    • Desde pequeños, animar a los niños a reconocer las emociones en su cuerpo y desarrollar la conciencia corporal. Preguntarles "¿dónde sientes la alegría o el enfado en tu cuerpo?" puede ser un buen inicio.
    • Enseñarles la importancia de una buena postura y cómo esta influye en su estado de ánimo y concentración.
  2. Educación para la respiración consciente
    • Incorporar ejercicios sencillos de respiración nasal en el aula, explicando cómo esto ayuda a su cerebro a concentrarse y recordar. Estos ejercicios no son una "moda" sino una capacidad intrínseca que fortalece el cerebro.
    • Explicar que la respiración es un "marcapasos" del cerebro, crucial para la sincronización neuronal, lo que se traduce en mejor atención y memoria.
  3. Promover el movimiento y la actividad física
    • Más allá de la salud cardiovascular, el ejercicio físico regular es un gran protector de la salud mental y del cerebro. El ejercicio cardiovascular fortalece el hipocampo, una estructura clave para la memoria.
    • Cualquier ejercicio que involucre la conciencia corporal puede fortalecer el cerebro y las funciones cognitivas, como el yoga o el tai chi.
  4. Cuidar la alimentación y el entorno
    • Subrayar la importancia de una dieta equilibrada para la microbiota intestinal, que a su vez influye en el estado de ánimo, el aprendizaje y el comportamiento social de los niños.
    • Considerar el entorno del estudiante y cómo la reducción de distracciones (como la mente divagante) puede mejorar la atención y el bienestar.
  5. Entrenamiento de la atención y creación de hábitos positivos
    • Fomentar la atención y la observación de la propia mente. Unos minutos al día pueden producir cambios en el cerebro, fortaleciéndolo y disminuyendo la actividad de la amígdala (relacionada con emociones negativas), lo que lleva a menos estrés y ansiedad.
    • Enseñar a los estudiantes que el cerebro no "olvida" un mal hábito, sino que lo "sustituye" por uno nuevo. Podemos aplicar esto para cultivar la generosidad o el optimismo.
    • Utilizar estrategias de codificación profunda en el aula, buscando que los estudiantes comprendan el significado de la información y la conecten con sus conocimientos previos, en lugar de solo la repetición superficial.
  6. Fomentar la amabilidad y la autocompasión
    • Inculcar en los niños la importancia de ser amables y compasivos consigo mismos, no solo con los demás. Esto activa zonas cerebrales relacionadas con el optimismo y el bienestar, y mejora la calidad del sueño.

 

La neurociencia nos brinda herramientas y conocimientos valiosos para entender mejor a nuestros estudiantes. Al integrar estas perspectivas sobre el cuerpo, el cerebro, el aprendizaje y la memoria, podemos potenciar su desarrollo integral y fortalecer su capacidad para afrontar los desafíos del mundo. Se necesita una medicina y una psicología que sean multidisciplinares y que trabajen en la prevención, no solo en la reacción a los problemas.

 

* Francisco Vásquez Ponce es licenciado en letras hispánicas y doctor en literatura, teoría y crítica literarias. Editor con más de 30 años de experiencia en libros educativos, técnicos y literarios; ha pasado de la hechura de libros en papel a textos en línea, de la lectura de manuscritos a publicaciones de libros digitales. Actualmente tiene en elaboración un libro narrativo sobre un joven aspirante a crítico literario, profesión imposible aunque deseable.      

 

Referencias

Castellanos, Nazareth (2021). “Versión completa: Conoce tu cuerpo, conoce tu cerebro.” BBVA Aprendemos Juntos, YouTube, 25 oct. 2021, www.youtube.com/watch?v=aBe5UVvZjWY.

León Correa, Esteban y Bernardo Peña Herrera (2022). Psicología del aprendizaje y la memoria. Universidad Politécnica Salesiana, 231 pp. 

Toro Nader, Mariana (2024). “Nazareth Castellanos: ‘Respirar mal afecta la memoria y la atención.’” Ethic, 30 diciembre 2024, ethic.es/entrevistas/entrevista-nazareth-castellanos/.

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