La Literatura Infantil y Juvenil (LIJ), en tanto objeto cultural, tiene el potencial de apoyar a las y los estudiantes en el desarrollo de competencias indispensables para navegar en el siglo XXI. Tal es el caso de la alfabetización visual, tan necesaria para el entorno digital; la alfabetización crítica, que permite tomar una postura ante la realidad; y la alfabetización emocional, tan importante para hacerse cargo de la propia vida.
El poder de las historias
El ser humano siempre ha sentido una fascinación especial por las historias. Basta imaginar a esos hombres y mujeres primitivos, reunidos alrededor del fuego para contar y escuchar narraciones sobre sus dioses, su comunidad y el mundo que los rodeaba. No es muy distinto a lo que hacemos hoy en día cuando vemos una serie, en alguna plataforma de streaming, y después la comentamos con nuestras amistades.
Las historias que disfrutamos, que escuchamos y que nos contamos sobre nosotros mismos conforman quiénes somos. Dice la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adiche (2009) que, sobre todo durante la infancia, las historias ejercen una fuerza mucho más poderosa en nosotros. Que dejan una marca profunda difícil de borrar. Basta que te pida que recuerdes alguna película, libro o narración oral que haya sido significativa para ti durante la infancia y estoy casi segura de que te habrá impactado de algún modo muy especial, que no se ha repetido en tu edad adulta.
Los libros de literatura, y en particular los que se dirigen a niños y jóvenes, pueden llegar a incidir en la conformación de la identidad de las y los estudiantes. Esto se relaciona con la metáfora de que los libros infantiles y juveniles son “espejos, ventanas y puertas” (Bishop, 1990) para los lectores. Son espejos cuando reflejan situaciones particulares de su vida; ventanas cuando les permiten asomarse a otras realidades o acceder a otras emociones, y puertas si los llevan a cuestionar la realidad. También se dice que son mapas que les permiten encontrar su lugar en el mundo. Y puentes para conectar con otras personas: autores, ilustradores y lectores.
Fuente: Ilustración de Trinidad Olarte, basada en Grant Snider.
¿Qué es la Literatura Infantil y Juvenil y por qué incluirla en el aula?
Según la Encyclopedia Britannica (2025) la literatura infantil es el conjunto de obras escritas, y las ilustraciones que las acompañan, producidas para instruir o entretener a los lectores jóvenes. Este tipo de literatura abarca una amplia gama de géneros, incluyendo clásicos de la literatura universal, libros álbum e ilustrados, así como cuentos de hadas, canciones de cuna, fábulas, canciones populares y otros materiales transmitidos principalmente de forma oral.
La Literatura Infantil y Juvenil es una gran compañera en el aula porque puede resultar más interesante para los estudiantes, debido a los temas que aborda, y también porque apoya el desarrollo de competencias necesarias para la vida. Tal es el caso de la alfabetización visual, crítica y emocional que resultan indispensables para aprender e incorporarse en el mercado laboral.
Por su parte, la alfabetización visual es la habilidad para interpretar (leer) y usar imágenes. En el mundo actual, extraemos significado de una gran cantidad de textos visuales que inundan la tecnología y el entorno digital. De hecho, la imagen se ha convertido en el ancla principal de sentido del universo digital. Es por ello que resulta tan relevante trabajar en el aula con libros ilustrados, libro álbum, novela gráfica y cómic.
Para contextualizar qué tan relevante es esta habilidad, pensemos en la comunicación cotidiana en redes sociales, Whastapp o por mensaje de texto:
¿Compartes memes, emojis, gifs, stickers o videos? ¿Tienes una foto de perfil en Facebook o WhastApp?
Estar visualmente alfabetizados implica ser capaces de interpretar imágenes, analizar su significado, diseñarlas de manera pertinente y con diferentes propósitos, y usarlas de forma efectiva (The Association of College and Research Libraries, 2011). Además, se relaciona con saber utilizar el léxico adecuado (el relacionado con el color, ángulo, gestos, líneas, texturas) para poder hablar de ellas; no obstante, estas habilidades no se adquieren de manera natural, sino que deben enseñarse en la escuela.
Esta habilidad también resulta relevante para todas las materias del currículo. Por ejemplo, permite reunir información de tablas, gráficos y diagramas en las materias de Ciencia; cuestionar las fuentes bibliográficas de las que provienen fotografías o pósters en Historia y leer y construir mapas en Geografía.
La alfabetización crítica es la habilidad que implica hacer preguntas sobre los textos literarios, examinar diferentes puntos de vista y tomar una postura ante lo leído. Busca que los estudiantes se conviertan en decodificadores de información críticos. Es decir, tiene que ver con ser capaces de considerar que existen diversas perspectivas sobre un mismo acontecimiento, que pueden ser contrarias a nuestros puntos de vista (The Literacy and Numeracy Secretariat, 2009); e incluso, que un autor puede estar “mintiendo” al tratar de presentar cierta información como verídica.
Al poner en práctica esta habilidad, los estudiantes se acercan a los textos como cocreadores y no pasivamente. Además, les puede quedar claro que ningún texto es natural, es decir, que un texto busca transmitir un mensaje determinado. Esto tiene que ver con reconocer que un libro forma parte de un contexto sociohistórico particular, al igual que el lector, quien lo lee en un momento y lugar específicos.
Por último, la alfabetización emocional es la habilidad para entender, expresar y gestionar las emociones. El que los estudiantes compartan en el aula sus respuestas personales ante un texto literario puede ayudarles a entender mejor organizar su universo interno. Arizpe et al. argumentan que:
Cuando nos reconocemos en [el libro], el texto puede ofrecernos ánimo o consuelo. Hablando sobre los personajes y sus situaciones ficticias se abre la posibilidad de expresar sentimientos y opiniones propios sin temor a sentirnos vulnerables. Además, la lectura puede inspirar la creación de mundos reales y fantásticos, tocando temas que iluminan zonas oscuras, pero a la vez conducen a la reflexión (2022, 21).
¿Cómo trabajar estas habilidades en el aula?
Leer libros ilustrados, libros álbum, novela gráfica, cómic o manga es una excelente forma de desarrollar y poner en práctica estas tres habilidades al mismo tiempo. En este sentido, la colección “Espectrográfica” del Fondo de Cultura Económica es una gran opción para trabajar en el aula, ya que incluye novelas gráficas para lectores de diferentes edades. Esto posibilita que podamos escoger un libro literario que se adecue a las competencias lectoras de nuestros estudiantes, que varían por grado escolar y o edad.
Investigaciones como las de Arizpe y Styles (2004) han demostrado que los libros literarios en los que la imagen tiene un papel relevante son textos hospitalarios para todos los lectores, incluso para aquellos que se sienten intimidados ante la lectura, tienen dificultades para aprender a leer o presentan alguna discapacidad. El análisis de ilustraciones conecta con otras maneras de simbolizar o entender una historia, y por eso es tan enriquecedor trabajar este tipo de libros en el aula.
Fuente: Colección “Espectro gráfica” del Fondo de Cultura Económica.
Por otro lado, la siguiente tabla ofrece una guía para comenzar a trabajar estas habilidades con los estudiantes. Es una adaptación libre del modelo de Jon Callow (2008) para enseñar alfabetización visual. Me parece útil porque incluye una sección para dialogar sobre cada uno de los niveles de significado de un libro (y las ilustraciones, por supuesto): afectivo, compositivo y crítico.
Las consignas se centran en conversar sobre lo leído y respetar la pluralidad de respuestas del estudiantado. Es decir, no se busca preguntar información específica para probar la comprensión lectora de los estudiantes, por el contrario, la intención es incentivarlos a dialogar de manera personal sobre los aspectos del libro que les resultaron relevantes. Cuando un texto literario atraviesa primero la emoción es más sencillo reflexionar sobre nuestra respuesta lectora.
Afectivo Alfabetización emocional |
Compositivo Alfabetización visual |
Crítico Alfabetización crítica |
Conversar sobre la respuesta emocional de los estudiantes ante una obra determinada. Esta respuesta conecta con sus experiencias de vida individuales, y todas son válidas. |
Describir acciones, eventos, conceptos, escenarios y símbolos. Se utiliza léxico como color, ángulo, gestos, líneas, texturas, para hablar de las ilustraciones. |
Dialogar sobre los diferentes puntos de vista de los estudiantes ante lo que vieron y leyeron. |
Fuente: Tabla adaptada libremente de Jon Callow (2008).
Trabajar con estos tres niveles ayuda a ampliar el significado de un libro en particular, pues el sentido se extrae de las diferentes capas que lo componen. Recomiendo dedicar tiempo a dialogar sobre cada uno de ellos y a revisitar los libros leídos a la luz de la información que surja tras conversar. Cada relectura permitirá a los estudiantes profundizar en su interpretación del libro. Además, el diálogo despertará su curiosidad y, lo más importante, daremos su lugar a la lectura por placer, que es la más relevante.
Bibliografía consultada:
- Adichie, C. N. (2009) El peligro de la historia única. Disponible en: https://www.ted.com/talks/chimamanda_ngozi_adichie_the_danger_of_a_single_story?language=es
- Arizpe, E., M. Zárate, J. McAdam y L. Hirsu (2022) Estrategias de mediación cultural en emergencias: lectura y escritura como refugios simbólicos. Bogotá: Cerlalc.
- Arizpe, E. y M. Styles (2004) Lectura de imágenes. Los niños interpretan textos visuales. México: Fondo de Cultura Económica.
- Bishop, R. (1990),“Mirrors, Windows, and Sliding Glass Doors” en Perspectives: Choosing and Using Books from the Classroom, vol. 6, núm. 3.
- Callow, J. (2008), “Show Me: Principles for Assessing Students' Visual Literacy”, en The Reading Teacher, vol. 61, núm. 8, pp. 616-626.
- Fadiman, C. (2025), “Children’s Literature” en Encyclopedia Britannica. Disponible en: https://www.britannica.com/art/childrens-literature
- The Association of College and Research Libraries (2022), ACRL Visual Literacy Competency Standards for Higher Education. Disponible en: https://www.ala.org/acrl/standards/visualliteracy
- The Literacy and Numeracy Secretariat (2009), Critical Literacy, Ontario: Capacity Building Series.
*María Orozco Ávila es licenciada en Letras Hispánicas por la UNAM y maestra en Literatura Infantil y Literacidades por la University of Glasgow. Se ha desempeñado como maestra frente a grupo, encargada de programas de capacitación docente y editora de libros de texto. En 2019 fundó Pirinola Lectura, iniciativa que pone a disposición de familias y docentes ofertas de formación en temas de Literatura Infantil y Juvenil. Forma parte de la International Research Society for Children’s Literature (IRSCL) y de Mujeres Unidas por la Educación (MUXED).
Comparte en: