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Publicado el 14 de Noviembre de 2017 a las 3:09p.m.

Durante el siglo XIX surgió en México una forma de expresión artística que estaba destinada a convertirse en transmisora de información histórica, pero también, en constructora de mitos y concepciones acerca de los hombres y mujeres que después participaron en una de las más importantes luchas armadas de la historia de nuestro país: La Revolución Mexicana.

Esta expresión artística fue un género musical que adoptó el nombre de corrido. Sobre sus orígenes exactos se sabe poco, pero los especialistas han coincidido en que tiene sus raíces en la tradición oral europea.

Ana Cecilia Pujals, periodista e investigadora nacida en Buenos Aires, quien ha desarrollado profundos vínculos con México y su historia nos dice:

No es fácil fijar con exactitud una fecha de nacimiento para un género de estas características, sobre todo por haberse creado de forma irreverente, punzante y subversiva y en el más absoluto anonimato. Sin embargo, los investigadores coinciden en que su origen en Europa puede remontarse al canto de los juglares en la Edad Media, que llevaban y traían noticias, romances y sucesos importantes. Se les llamaba cantares de gesta y su función era claramente compatible con la del corrido mexicano.

Aquellas formas musicales europeas evolucionaron en romances, sonetos y décimas que llegaron a América durante la conquista, dando inicio al mestizaje musical.[1]

Así pues, el corrido nació en el anonimato para dar a conocer información acerca de lo que sucedía en la época porfiriana, criticar la situación social de los mexicanos y alabar las hazañas de algunos héroes populares que fueron vistos como opositores al régimen y se convirtieron en símbolos del creciente descontento en torno al gobierno de Díaz. Los primeros corridos han llegado hasta nosotros en forma de hojas sueltas, generalmente volantes.[2]

Según el investigador Vicente T. Mendoza, el primer corrido del que se tiene noticia es el de Macario Romero. Data de 1898, procede de Durango, y es el primero que señala dentro de la letra un año preciso: 1810.[3]

Aurelio González, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, nos dice acerca de los impresos del siglo pasado que sobrevivieron como testimonio del origen de este género: el corrido ya era una forma poética narrativa épico-lírica completamente constituida y con vigencia y vitalidad tradicionales (y por lo tanto con variantes derivadas de la transmisión oral). Del contenido de estos impresos también se puede deducir que el corrido es una forma apreciada por el gusto popular dentro de una línea temática muy relacionada con aquella que se desarrolla en la literatura de pliego suelto, como, por ejemplo, el romance vulgar sobre historias de crímenes, bandoleros, amores desgraciados, etcétera.[4]

Algunas de las cualidades del corrido fueron adicionadas por los inmigrantes europeos que arribaron a México en el siglo XIX, trayendo con ellos instrumentos como el acordeón y el ritmo que daría origen a la música del Norte, en lo que eran los estados mexicanos de Texas, Tabasco, Nuevo León y Tamaulipas.[5]

Hasta el arribo y consolidación de los medios electrónicos de comunicación masiva, hacia mediados del siglo XX, el corrido se utilizó en México como un medio informativo y educativo de primer orden debido a su aparente simplicidad lingüística y musical, apropiadas para la transmisión oral. Tras popularizarse la radio y la televisión, el género ha evolucionado hacia un nuevo estado, aún en proceso de maduración, aunque la mayoría de los especialistas asegura que está muerto, o por lo menos agoniza desde entonces (véanse las afirmaciones de Vicente T. Mendoza en “El corrido mexicano”, 1955).[6]

Sin embargo, aún hoy podemos decir que cada connacional ha visto alguna vez en su vida al menos .una de tantas películas que nos relatan historias de la revolución Mexicana, aquellas de la época de oro del cine Mexicano, donde la banda sonora estaba constituida fundamentalmente por corridos que narran las hazañas de los principales líderes revolucionarios.

Uno de los más connotados fue Francisco Villa, un protagonista frecuente de los corridos de ese tiempo. En su honor se escribieron algunos de los más famosos como “La cucaracha” que se escribió para burlarse de los enemigos de Villa, o “Ahí viene el tren”, el cual trata a cerca de la importancia que tenían los trenes para los villistas.

Otro frecuente protagonista de corridos fue Emiliano Zapata, algunos de los más conocidos corridos zapatistas fueron: “Soy zapatista del estado de Morelos” y “30 30”.

 

Una más de las inspiraciones comunes para escribir corridos fueron las mujeres revolucionarias, ya que tuvieron un rol muy importante durante este movimiento. Eran soldaderas, campesinas y maestras. Su paso por la historia de la lucha armada quedó inmortalizado en los corridos dedicados a ellas, dos de los más representativos son “la Adelita” y “la Valentina “.[7]

Creando el mito revolucionario

Según Belén Gómez, periodista colaboradora de México Desconocido, fue a partir del gobierno de Venustiano Carranza, en 1914, cuando el corrido abandona su papel subversivo y su carácter de expresión genuina de la cultura popular para convertirse en un transmisor de información ficticia, o propaganda, que ayudó a construir el mito de la Revolución Mexicana.

Este fenómeno se extiende durante el gobierno de Lázaro Cárdenas quien apoyó esta corriente, dando lugar en el cine a la trilogía más famosa sobre el tema: “El prisionero 13”, “El Compadre Mendoza” y “¡Vámonos con Pancho Villa!”. Estos filmes, dirigidos por Fernando de Fuentes, no muestran el lado heroico del conflicto, sino una visión desencantada y cruda de la guerra.

Hacia la década de los 50, la Revolución pierde su enfoque realista para ser un escaparate que muestra la riqueza y colorido las tradiciones mexicanas.[8]

Y debemos tener en cuenta que en esta cinematografía, la presencia del corrido era ineludible.

Inicia el declive

Décadas después, la gran maquinaria idealizadora de los temas revolucionarios se detuvo. Hacia los años 60 y 70 del siglo XX, la magia y el misticismo que rodeaban a la Revolución anteriormente se desvaneció para exhibir su verdadera cara: decepcionante, brutal y confusa.

En este tiempo se estrena una de las películas más memorables del género: “La Sombra del Caudillo”, dirigida por Julio Bracho y basada en la polémica novela de Martín Luis Guzmán. Debido al gran parecido que tenían los personajes ficticios creados por Guzmán con los reales, el entonces presidente Adolfo López Mateos prohibió la cinta, la cual se mantuvo censurada por más de tres décadas.[9]

Junto con la cinematografía dedicada a la revolución, la creación de corridos, que fueran el principal medio transmisor de idealizaciones y creencias en torno a la lucha armada de ese tiempo, también se paralizó.

Hoy en día se le considera en plena decadencia, pues en las expresiones del género que se producen en la actualidad, se tiende a borrar las características estilísticas y estructurales del corrido "revolucionario" o tradicional, sin mostrar aún una pauta clara o unificada de evolución. Esto es representado sobre todo por el "narcocorrido", canciones dedicadas a figuras relacionadas con el narcotráfico, muchas veces ordenadas y pagadas por ellos mismos a músicos y compositores. [10]

El corrido ya no existe como transmisor y generador de sentidos que surgían de la sociedad y regresaban a ella para modelar ideales e incluso comportamientos. Pero las producciones de aquél tiempo pertenecen ahora a la historia del rico mosaico cultural de México.

Puedes encontrar algunos de los corridos más célebres en las siguientes direcciones electrónicas:

http://fonotecanacional.gob.mx/index.php/escucha/secciones-especiales/revolucion-mexicana/corridos

http://www.sicapacitacion.com/lib/Anonimo%20-%20Corridos%20mexicanos.pdf

 



[1] Pujals, A. (2017). El Corrido y la Revolución Mexicana. Elportaldemexico.com. Recuperado el 14 de noviembre de 2017, de http://www.elportaldemexico.com/arte/musica/elcorrido.htm

[2] González, A. (2017). El corrido del siglo XIX: Caracterización novelesca del héroe. Anuario De Letras. Lingüística Y Filología, 5(Núm. 1,), 1.

[3] Pujals, A. Op. Cit.

[4] Íbid. pág. 2.

[5] Corrido (México). (2017). Es.wikipedia.org. Recuperado el 14 noviembre de 2017, de https://es.wikipedia.org/wiki/Corrido_(México)

[6] Íbid.

[7]Los corridos durante la Revolución Mexicana - GenteUJAT | La Revista Online de los Juchimanes. (2017). GenteUJAT | La Revista Online de los Juchimanes. Recuperado el 14 de noviembre de 2017, de http://www.genteujat.mx/2015/11/los-corridos-durante-la-revolucion-mexicana/

[8] El cine y la Revolución Mexicana. (2017). Mexicodesconocido.com.mx. recuperado el 14 de noviembre de 2017, de https://www.mexicodesconocido.com.mx/el-cine-y-la-revolucion-mexicana.html

[9] Íbid.

[10] Corrido (México). (2017). Es.wikipedia.org. Recuperado el 14 noviembre de 2017, de https://es.wikipedia.org/wiki/Corrido_(México)

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